Las expectativas que caracterizan a la sociedad en la que nos desenvolvemos hoy en día, en torno a los patrones de funcionamiento de nuestras mentes cada vez son más exigentes, todo aquello que pinte diferente o no se ajuste a sus normativas es sencillamente calificado como disfuncional o neurodivergente.

Para contextualizar a los lectores de nuestra revisión de hoy, un individuo neurodivergente es aquel cuyo cerebro aprende, funciona y procesa la información de manera distinta al resto, que en contraste son capaces de desarrollar un funcionamiento cerebral alineado con las expectativas sociales. 

Esta diferencia sobre la percepción en general es motivo de conflictos frecuentes, ya que la sociedad se inclina con mayor facilidad hacia lo que entiende por uniforme, resistiéndose a su vez a respetar e integrar lo que considera “diferente”.

La constante humana de rechazar lo desconocido, podría ser producto del temor que le genera a la mente acomodar la naturaleza de una información difícil de digerir. La escasa comprensión de aquello que no se entiende, es el escenario perfecto para que todo lo que no se asemeje a la norma sea blanco de discriminación, estigmatización y aislamiento social.

El cerebro neurodiverso no debería entenderse como un cerebro enfermo; debería percibirse  más bien, como una de las tantas formas en que cada individuo asimila y acomoda la información que extrae de su ambiente, como en el caso del autismo, la dislexia, la dispraxia, y los trastorno por déficit de atención e hiperactividad, que si bien la manera como interaccionan con la realidad los enfrenta a una gran variedad de obstáculos que van desde las dificultades en la adaptación social hasta el logro de ciertos aspectos del  aprendizaje, no comprometen necesariamente su capacidad cognitiva, integridad física o dignidad humana. De esto afortunadamente hemos sido testigos por muchas generaciones, citando por ejemplo al inigualable W.A. Mozart padre de la música occidental moderna, quien a lo largo de su vida mostró alta sensibilidad al sonido y dificultades para entablar conversaciones, características muy conocidas dentro del espectro del Autismo.  También podemos nombrar al increíble Albert Einstein quien de niño presentó características que simpatizaban con el espectro, y más tarde se convirtió en el científico más conocido y popular del siglo XX, obteniendo el Premio Nobel de Física en 1921 por su teoría de la relatividad, con la que resolvió la incompatibilidad existente entre la mecánica newtoniana y el electromagnetismo, y por último, aunque la lista es extensa, tenemos al increíble Tom Cruise quien con su diagnóstico de dislexia, nos ha regalado talento y arte en todas sus películas.

Aceptar que cada cerebro es un mundo y que en su infinitud pueden operar de manera diferente es un paso fundamental para construir  una sociedad más inclusiva y menos estigmatizada, donde la diversidad de pensamientos y enfoques dejen de ser la lucha y comiencen a  instituirse como la  herramienta clave no solo para solucionar problemas de manera innovadora, sino también para ser testigos del éxito de otros en igualdad de oportunidades.

Referencias

1. Rosales Argudo, A. M. Repositorio Institucional de la Universidad Politécnica Salesiana: Personas neurodivergentes y el síndrome de Asperger [Internet]. Repositorio UPS (08 de Abril, 2022). http://dspace.ups.edu.ec/handle/123456789/22431
2. Nava, G. Famosos neurodivergentes que rompen los estereotipos de los ‘trastornos mentales’ [Internet]. Univision (05 de Septiembre, 2017). https://www.univision.com/explora/famosos-neurodivergentes-que-rompen-los-estereotipos-de-los-trastornos-mentales

TeleSUR. 7 personajes famosos que son autistas [Internet]| Noticias. teleSUR 01 Abril, 2018. https://www.telesurtv.net/news/7-personajes-famosos-que-son-autistas-20150617-0069.html