El poder del sonido en la atención y el aprendizaje infantil

El poder del sonido en la atención y el aprendizaje infantil

El entorno sonoro en el que crecen y aprenden los niños influye profundamente en su capacidad de concentrarse, procesar información y construir aprendizajes significativos. Desde la voz del docente hasta el murmullo de un aula o el sonido constante de una ciudad, el cerebro infantil responde y se adapta a todo lo que escucha.

Diversas investigaciones han demostrado que los niños son especialmente sensibles al ruido. Su sistema nervioso, aún en desarrollo, los hace más vulnerables a la distracción y al agotamiento cognitivo cuando el entorno es auditivamente caótico. Estudios como el de Erickson et al. (2017) evidencian que el ruido de fondo afecta la percepción del lenguaje, la memoria y la comprensión lectora, mientras que Klatte (2013) demostró que una mala acústica en las aulas reduce la atención sostenida y el rendimiento escolar.

Por el contrario, existen ciertos tipos de sonido que pueden actuar como moduladores positivos. La música estructurada, por ejemplo, favorece el control atencional y estimula la autorregulación emocional. Un estudio realizado por Kasuya-Ueba et al. (2020), demostró que los niños que participaron en intervenciones musicales mostraron una mejora significativa en su capacidad para concentrarse y cambiar el foco atencional.

Una revisión más reciente (Fretes & Palau, 2025) confirma que la exposición crónica al ruido tiene un efecto negativo moderado sobre el aprendizaje, especialmente entre los 6 y 12 años, etapa en la que se consolidan funciones ejecutivas y habilidades escolares básicas. Incluso el tipo de ruido, no sólo su intensidad puede marcar la diferencia: Breuer et al. (2025) demostraron que los sonidos complejos, como los del aula real, afectan más la atención que el ruido blanco.

En la práctica terapéutica y educativa, esto nos invita a considerar el sonido como una herramienta de intervención. Diseñar espacios acústicamente amigables, reducir distractores y usar estímulos sonoros intencionados como música suave o ejercicios de escucha consciente puede favorecer tanto el aprendizaje como la regulación emocional.

El sonido no es solo un fondo: es un agente activo que moldea la atención, la emoción y el pensamiento. Aprender a escucharlo y a diseñarlo conscientemente es una forma de potenciar el desarrollo infantil.

Referencias 

1.-Breuer, D., Störmer, V. S., & Rimmele, J. M. (2025). The influence of complex classroom noise on auditory selective attention. Scientific Reports, 15(1), 18232. https://doi.org/10.1038/s41598-025-18232-2

 

2.- Erickson, L. C., Newman, R. S., & Thiessen, E. D. (2017). Influences of background noise on infants and children: From perception to cognition. Brain Sciences, 7(12), 158. https://doi.org/10.3390/brainsci7120158

3.- Fretes, G., & Palau, R. (2025). The impact of noise on learning in children and adolescents: A meta-analysis. Learning and Individual Differences, 113, 102378. https://www.researchgate.net/publication/390626274

4.- Kasuya-Ueba, Y., Watanabe, M., & Uchida, S. (2020). The effect of music intervention on attention in children: A randomized controlled trial. Frontiers in Psychology, 11, 739323. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2020.739323

5.-Klatte, M., Bergström, K., & Lachmann, T. (2013). Does noise affect learning? A short review on noise effects on cognitive performance in children. Frontiers in Psychology, 4, 578.

 

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